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SEXUALIDAD

Cuando nos dan la noticia de que tenemos cáncer de mama, nos surgen muchas dudas acerca de: la familia, la alimentación o el ejercicio. Tras este primer impacto y al cabo de poco tiempo, nos damos cuenta de que hemos tenido que cambiar de manera forzada nuestra rutina y empezamos a tener los posibles efectos secundarios. Toda esta situación puede llegar a afectar a tu sexualidad y/o a la relación con tu pareja.
SEXO
El sexo, según la RAE, es aquella actividad sexual, hablando del acto carnal, propiamente dicho. La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada condición orgánica, masculina o femenina, de los animales o plantas
SEXUALIDAD
Se podría decir que la sexualidad es uno de los aspectos principales del ser humano y es tan importante como cualquier otro. Está presente a lo largo de toda nuestra vida, y se va desarrollando a lo largo de los años con el conocimiento de nuestro cuerpo. Esto, no solo abarca el sexo, también las identidades, la orientación, el erotismo, el placer, los papeles de género, la intimidad, como puede ser un beso o una caricia, y la reproducción.
Además de que se va manifestando de manera diferente según en la etapa de vida en la que estés, no es lo mismo la sexualidad en la adolescencia que la sexualidad en la vejez.
SALUD SEXUAL
La salud sexual es un término actual, comprende una esfera bio-psico-social, es decir, abarca la biología, la psicología y lo social. El propósito de esto, es mejorar la vida y las relaciones personales para responder a las necesidades de los hombres y las mujeres respecto a la sexualidad y reproducción.

La salud sexual ha pasado de ser un tema tabú, a una cuestión importante en cualquier etapa de nuestra vida, viéndolo desde una perspectiva positiva, dándole más valor y aprendiendo de ella. Tenemos derecho a sentir placer y esto favorece tanto la salud física como mental.
La forma en la que vivimos la sexualidad y cómo nos comportamos está influenciada por lo que hemos experimentado y el entorno sociocultural en el que nos movemos.
Factores Personales
Entorno Sociocultural
Por todos estos factores, cuando estamos con un tratamiento de quimioterapia o nos realizan una cirugía, no siempre es posible disfrutar de nuestra sexualidad, nuestra familia o nuestra pareja como nos gustaría, por lo tanto, los profesionales sanitarios han de formarse para poder dar información y asesoramiento lo más especializado posible en este ámbito.

En resumen, nuestro entorno y vivencias influye en cómo percibimos la sexualidad y puede interferir con nuestra enfermedad, viviendo esta faceta de manera muy diferente a la habitual.
  

IMPACTO DE LA SEXUALIDAD
EN PACIENTES CON CÁNCER
DE MAMA

  

ACTUALIDAD

Actualmente, el 30% del cáncer diagnosticado en mujeres, es de mama. Lo padecen 1 de cada 8, siendo uno de los principales problemas relacionados con la salud de la mujer. Los diferentes tipos de tratamiento pueden dar lugar a cambios en el cuerpo y alterar la sexualidad.
Cuando nos dan la noticia de que tenemos cáncer de mama, se generan diversas reacciones emocionales como miedo, dolor, rabia, soledad o incredulidad. Todas estas emociones, totalmente válidas, pueden hacer que se bloquee nuestro deseo sexual. No debemos olvidar que dentro de la sexualidad, están implicados diferentes factores como los biológicos o los psicológicos; edad; actitudes; creencias… Sea como fuere, y seas una mujer más o menos activa previo al diagnóstico, es un tema que sigue siendo tabú, incluso hablarlo con el médico, y es por ello que no se suelen cubrir las necesidades mientras se está con el tratamiento y después del mismo.
La mayoría de mujeres que empiezan con quimioterapia se encuentran con problemas relacionados con el deseo sexual, la satisfacción, excitación, conseguir llegar al orgasmo, dolores durante las relaciones, de lubricación, menos fantasías sexuales y menos masturbaciones. Muchas mujeres, además, reflejan que antes eran sexualmente activas y que tras el diagnóstico y durante el tratamiento, la frecuencia disminuyó notablemente. Aparte de poder presentar disfunciones sexuales que aumenta a medida que pasa el tiempo, añadiendo un deterioro de la imagen corporal hasta seis años después del diagnóstico (suponiendo que no se presenten recaídas).
Todos estos posibles efectos secundarios del tratamiento vienen acompañados de culpabilidad y malestar ocasionado por la situación y por la separación emocional y/o miedo a la relación sexual, ya sea en pareja o de manera individual. Asociado a las operaciones, cansancio, evitar enfrentamientos, sentirse poco atractiva, junto con todo lo demás que acarrea esta enfermedad.


Es totalmente aceptable que debido al cansancio, las disfunciones sexuales y otros componentes, no haya ni energía, ni interés en el sexo. Sin embargo, sí que existe información y ayudas para intentar paliar esta falta de ganas si lo deseas.
Por un lado, se debe tener en cuenta que los sentimientos juegan un papel muy relevante en el comportamiento sexual y es de vital valor que entiendas tu situación y que no eres la única que se encuentra así, son emociones, sensaciones y efectos secundarios habituales, que se pueden paliar con diversas técnicas (ayuda a mejorar, pero no son mágicos). Por otro lado, si tienes pareja, es muy importante comunicarle lo que sientes, expresando que tienes menos interés por la actividad sexual debido a la enfermedad y los efectos secundarios. De esta manera conseguimos fortalecer el vínculo, evitando que se sienta rechazado o culpable.

  Los factores que más afectan a
la sexualidad, de una manera más
desglosada, son:

  • Síntomas de la propia enfermedad
  • Anorexia
  • Anemia
  • Fatiga
  • Malestar
  • Efectos secundarios
  • Náuseas y/o vómitos
  • Cansancio
  • Diarrea o estreñimiento
  • Disfunciones sexuales
  • Deterioro de la imagen corporal
  • Tratamientos
  • Radioterapia
  • Quimioterapia y/o inmunoterapia y/u hormonoterapia
  • Cirugía
  • Factores psicológicos y culturales
  • Creencias
  • Impacto emocional de la enfermedad
  • Motivaciones
  • Capacidad para afrontar dificultades

La sexualidad es un tema del que todavía cuesta hablar, aunque cada vez menos. Y entonces, ¿ cómo lo hablo con mi pareja? ¿ Cómo podemos mejorar la relación?

También es importante que se lo comunique a su médico, él podrá ayudarle o si no puede, te derivará a un especialista. ¿Qué preguntas le puedo hacer a mi médico para que me/nos ayude?

Y cualquier otra pregunta que se te pueda ocurrir y que para ti sea relevante.

A pesar de todo esto, puede ser que, finalizado el tratamiento, vuelvas a lo que era habitual en ti. Recuerda que la sexualidad, es un camino y un factor importante en la calidad de vida.

  

APOYO, COMPRENSIÓN
Y AYUDA

  

Entonces, ¿ cómo pueden
ayudarme?

«La clave está en ser sinceros.

Coméntale el caso, qué diagnóstico te han dado, cómo te sientes y en qué situaciones crees que vas a necesitar más ayuda. Por ejemplo, ir acompañada al tratamiento o a las citas médicas porque así estarás más segura o menos nerviosa, o quizás prefieres que te ayuden en las tareas del hogar los días después de la quimioterapia, o a llevar un control de las citas y las pastillas que te tienes que tomar.

A medida que avances en la enfermedad, irás averiguando en qué áreas necesitas más o menos ayuda, teniendo en cuenta que estas áreas pueden ir cambiando dependiendo de la etapa en la que te encuentres. Por lo que si cambia para ti, la persona de apoyo también irá cambiando su rol. Ser flexible y aprender lo que se necesita en diferentes situaciones será muy útil para ambos.

Por otro lado, si deseas llevar a cabo tú ciertas tareas, como hacer la comida, ir al gimnasio o ir a pasear, debes seguir haciéndolo y la persona que esté contigo deberá alentarte y apoyar tu decisión. Es importante que guardes tu autonomía en la medida de lo posible.

El familiar o amigo que esté contigo es una pieza clave en el progreso de tu situación, ya que de forma general, para ellos significa asumir más tareas y responsabilidades para ayudar a su ser querido. Cuidar de una persona con cáncer puede ser demandante, tanto emocional como físicamente. Del mismo modo, puede ser una experiencia significativa, reconfortante y gratificante, pudiendo unir incluso más la relación. Si desde el principio hablan, son sinceros y se organizan, sin olvidar que la persona de apoyo también necesita cuidar de sí mismo, seguro que podrá cumplir este rol durante todo el tiempo que sea necesario.

La asociación española contra el cáncer oferta una guía interactiva para la persona de apoyo donde puede encontrar recursos para cuidar y cuidarse.